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U.E.P COLEGIO TERESIANO LA CASTELLANA
U.E.P COLEGIO TERESIANO LA CASTELLANA




 

El Colegio Teresiano La Castellana nace de la fuerza de un sueño. La srta. Teresa Bartorelli deseaba que sus sobrinas estudiaran en el Colegio Teresiano del Paraíso pero éste ya no tenía cupo. Esta realidad movió a Bartorelli invitar a las hermanas a encontrarse con su hermano Antonio quien tenía terrenos en las Mercedes, Baruta, El Hatillo, Mata de Coco...        La hermana Balbina solicitó la entrevista con D. Antonio Bartorelli. Fueron inmediatamente atendidos con demostraciones de aprecio. A los pocos días de la entrevista se cerró, legalmente, el negocio.

       Es digno de reconocer el entusiasmo y el interés por las Hermanas  componentes de la Comunidad Teresiana  en Venezuela, desde 1948 hasta 1960  (año en que se terminó de cancelar la hipoteca de Los Laureles), trabajando con todo ahínco , con alegría, con sacrificios heroicos no sólo por la casa de “Los Laureles” , sino con la esperanza  de ver funcionar  la nueva casa  de “MATA DE COCO”, hoy AVENIDA SANTA TERESA DE JESÚS”, cuya primera piedra  tiene por fecha y nombre: enero  de 1953 con el nombre  de COLEGIO TERESIANO DEL CORAZÓN DE MARÍA .

La primera Piedra fue colocada en la capilla del Colegio Teresiano.  La casa de “Los Laureles” fue hipotecada varias veces para satisfacer los compromisos monetarios.

            El Colegio Teresiano de la Castellana está ubicado en el municipio de Chacao (Estado Miranda). Chacao fue un pueblo de la época de la Colonia, próximo, entonces, y, ahora unido a Caracas. Como dato curioso, aquí en Chacao, y, tal vez muy cerca de donde está nuestro Colegio, se tomó “la primera taza de café” en el Valle de Caracas, según lo cuenta el escritor Arístides Rojas en su obra literaria “Tradiciones Caraqueñas”. Efectivamente este terreno, debió pertenecer a la hacienda Blandín, donde se cultivó por primera vez el café, en las riberas del río Guaire; y en cuya casa solariega se reunió la aristocracia de la sociedad caraqueña con el fin de saborear café, primicia del que luego, se produciría en las haciendas que se asentaban cerca de Chacao, al abrigo del Ávila: La Floresta, San Felipe y Blandín.

            El día 12 de septiembre de 1951, la M. Balbina Pidal, fundadora y superiora del Colegio Teresiano, situado cerca de los laboratorios Pulmobronk  en el centro de Caracas, firmó el documento de compra de 5.747 metros cuadrados de terreno, que fue la primera parcela ; luego se compraron otras parcelas, “ sobre cimientos de humildad y sacrificio”, como atestigua la Hermana cronista que lo reseña.

            El 14 de enero de 1955, se colocó la primera piedra. Según contaba la M. Modesta Maizo, invitaron a este acto a la esposa de presidente, Sra. Flor Chalbaud de Pérez Jiménez.  También refería la M. Modesta, que Doña Flor consiguió de su esposo que se le diera el nombre de Santa Teresa de Jesús, a la calle a la cual daría la fachada principal el futuro colegio, nombre que conserva actualmente. Este colegio se le conoce con el nombre de “Teresiano de la Castellana”, por la urbanización en que está situado que lleva este nombre.

            El 18 de septiembre de 1955, se trasladaron las hermanas fundadoras a esta casa; viniendo de superiora la M. Balbina Pidal. Celebró la primera Misa, el 19 del mismo mes, el P. José María Zúñiga, agustino recoleto, quien era, por lo menos, hasta entonces, capellán del Colegio Teresiano de El Paraíso. Cuando se fundó este Colegio, estaba como Sumo Pontífice Pio XII y como Arzobispo de Caracas, Monseñor Lucas Guillermo Castillo, el cual también estuvo presente  en la colocación de  la primera piedra.

            El nombre completo era “Teresiano del  Corazón Inmaculado de María”, según aparece en documentos relativos a la fundación. Al poco tiempo de fundado, recibieron la visita de la M. General Enriqueta Sanz y de su secretaria M. Mª Teresa Zabala, a las cuales presentaron los planos del edificio. También las visitó la M. María Carrillo, Superiora provincial.

En el año 1956, segundo de la fundación, solo existía un pabellón del edificio y había unas 300 alumnas. Las dificultades económicas eran grandes pues no se le podía pagar a los obreros y sufragar otros gastos del Colegio. La M. Superiora pidió ayuda a Cuba y, gracias a su generosa respuesta, se pudo atender a las necesidades más urgentes y cancelar los compromisos contraídos; también se tenía un internado con 50 alumnas atendidas en su totalidad por las hermanas, fue otra ayuda económica considerable.

Más tarde, 1961, los dos colegios recibieron a las Hermanas que tuvieron que salir de Cuba a causa del régimen de Fidel Castro, quien había expulsado de su país, para el momento, a la vida religiosa. A la Comunidad de La Castellana llegó un gran número, entre ellas, varias ancianas quienes fueron acogidas con cariño.

Se trabajó con gran interés en extender el conocimiento de Jesús entre alumnas, padres y educadores que operaban con las hermanas. Se promovió la Archicofradía, el Rebañito del Niño Jesús y la Acción Católica, que estuvo muy pujante durante los primeros años del Colegio. Siempre se impartió, con gran entusiasmo, la catequesis en diferentes escuelas y barrios de Caracas, sobre todo, en Petare: Mosquito, Carpintero, Fermín Toro, Bartolomé Salom, 5 de julio, Andrés Bello y Guaicoco; los sábados iban varias hermanas y alumnas a dar catecismo a estos lugares. Así mismo se colaboró en la construcción de la Iglesia de Guaicoco.

            Un grupo de mamás formaron una asociación llamada ASCATE  (Asociación Social Católica Teresiana). Ellas confeccionaban los vestidos para los niños de Primera Comunión de estos barrios y colaboraban con la celebración, brindándoles el desayuno a los niños. Además de su proyección social, el grupo cultivaba su vida Espiritual, por medio de la oración y retiros anuales.

            Desde el principio se ayudó, de diferentes formas a “Fe y Alegría”, especialmente con las campañas de rifa anual promovida por el mismo Padre Vélaz su fundador. 

           Poco después al colegio Enrique de Ossó de Fe y Alegría con apadrinamientos de alumnos y donaciones de equipos para mejoras didácticas.

Con el Centro de Orientación I.R.F.A. (Instituto Radiofónico Fe y Alegría) que funciona en el Colegio desde su inicio (1974) que además de la formación específica académica del programa, se evangeliza a los alumnos expresamente a través del cuarto de hora de oración y la preparación para la recepción de sacramentos cuando lo solicitaban. El número de participantes ha sido siempre muy numeroso (alrededor de 300) y, coordinado por las hermanas de la comunidad. La orientación ha estado a cargo de nuestras alumnas mayores y exalumnas del Colegio.

También se colaboró, por un tiempo, con el Hogar “Virgen de los Dolores” Institución creada por el Padre Barrena para los niños de la calle y limpiabotas.

El terremoto de julio de 1967, repercutió en las instalaciones del primer pabellón construido, quedando muy dañadas. Pero, poco a poco, se fueron haciendo las reparaciones correspondientes. En esa ocasión, se adquirió la quinta contigua, perteneciente a la familia Parra Paradisi, que pasó a ser un preescolar acogedor y funcional.

Y así se mantiene en la historia el que “Una vez teresiano, teresiano para siempre”.